soy Mónica Oró

Mi oficio de diseñadora gráfica con una larga trayectoria profesional vino acompañada de una maternidad. En esa fase perdí peso, pero regresando en mi etapa como freelancer, me pasaba muchas horas trabajando frente al ordenador.

No practicaba deporte, disponía de poco tiempo (eso creía yo) y mi alimentación estaba llena de excesos y desorden con un «todo vale», que produjeron un gran aumento de peso con riesgo a mi salud.

Estaba muy claro que la sensación de fatiga, molestias en la espalda, las articulaciones pesadas… al acudir al médico fueron la sentencia de una obesidad nivel 3 e hipercolesterolemia.

Un equipo médico me lleva a tomar hábitos saludables con una buena dieta y vuelta progresiva al ejercicio. Dos sesiones dirigidas a la semana, luego caminar y ahí estaba la solución.

Iba perdiendo cada vez más peso de manera progresiva, me sentía bien, diferente, más alegre, más ligera y viva. Cuerpo y mente iban cambiando a la par. Añadí a mis sesiones correr hasta que un día, accidentalmente conocí la marcha nórdica y no la solté.

Fue un gran logro personal llegar a perder 25 kilos y no recuperarlos solo con: una dieta saludable, el ejercicio físico y caminar con este maravilloso deporte que luego me hizo dar otro vertiginoso salto: dedicarme a él en cuerpo y alma.